07/05/2021 Opinió
Sin solución
Araceli Sanabria Hernández

Castellar del Vallés a pesar de disponer de una oficina de correos aparentemente moderna adaptada a la época y muy amplia, tiene una organización en cuanto a la atención al público como si el devenir de los tiempos no pasara para ella y sigue manteniendo su carácter decimonónico, tal y como siempre ha caracterizado a todo lo relacionado con el estado.


Posiblemente sea una contrata que se ve obligada a suprimir puestos de trabajo para poder garantizar este servicio, pero es lamentable que tengamos que hacer una larga cola, la cual solo atiende una persona, y aunque demuestre tener una gran empatia con las personas a las que atiende, dedicandoles la atención y el tiempo que cada caso demanda, no impide que aquellos que esperamos nos sintamos como borreguitos esperando que nos llegue nuestro turno.
Este lastre endémico que padece Correos de Castellar del Vallés parece que lo tenemos que asumir como una penitencia para que se nos perdone usar este servicio público.

 

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