Denuncia ante el Síndic de Greuges y varias instituciones el deterioro y la privatización progresiva de la sanidad pública en Cataluña.
Terrassa, 15/09/2025. Francisco Villarán Macías ha presentado una denuncia formal ante la Síndic de Greuges de Cataluña, en representación de las Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública de Terrassa y Castellar del Vallès, en la que se alerta sobre el grave deterioro de la sanidad pública catalana y la privatización encubierta que se viene produciendo desde hace años.
En el escrito, se describe una situación crítica marcada por la escasez de profesionales sanitarios, el colapso de las listas de espera, el creciente recurso a conciertos y derivaciones a centros privados financiados con dinero público y la precariedad laboral del personal sanitario.
Los denunciantes advierten que estas prácticas no son casuales, sino que responden a una estrategia de desgaste intencionado de la sanidad pública para favorecer intereses privados y empujar a la ciudadanía hacia los seguros médicos.
La denuncia también señala la posible existencia de conflictos de interés y puertas giratorias entre cargos políticos y empresas privadas del sector sanitario, lo que plantea dudas sobre la transparencia y la legalidad en la gestión de los recursos públicos.
La denuncia ha sido remitida no solo a la Síndica de Greuges de Cataluña, sino también a la Oficina Antifraude de Cataluña, la Oficina de Salud Pública, la Sindicatura de Cuentas de Cataluña, la Oficina del Consumo y al propio Ministerio de Sanidad.
Los denunciantes reclaman, entre otras, una investigación exhaustiva sobre el grado de privatización del sistema sanitario catalán, la legalidad de los conciertos sanitarios, el uso de los fondos públicos y los posibles conflictos de interés en la gestión de la sanidad. Asimismo, solicita que se emitan recomendaciones urgentes al Govern de la Generalitat para reforzar el sistema público, frenar la externalización de servicios y garantizar la transparencia en la gestión.
“Estamos ante un proceso que, de no frenarse, puede suponer el final de la sanidad pública tal y como la conocemos, convirtiéndola en un servicio para pobres y, por tanto, en un servicio pobre”.